Todo el mundo menciona el terroir, “terruño” en español, cuando hablamos de la elaboración del vino, pero… ¿sabemos lo que es verdaderamente? Este término proviene del término francés “terre”, que significa tierra o suelo, y aunque este vocablo no solo incluye aspectos relacionados con este, hoy nos vayamos a centrar únicamente en él pese a que existen otros factores que influyen sobre la calidad y el carácter de los vinos como pudiesen ser el clima, la mano del hombre, la vid, etc.
Conocer el tipo de terreno en el que nos encontramos es esencial debido a que es el soporte que contiene la mayor parte de nutrientes que precisa la vid y es la disponibilidad de estos nutrientes y la forma en que el suelo los suministra, lo que modulará la composición del mosto. Posteriormente, será la vinificación de este mosto, por la acción de las levaduras, y las decisiones enológicas tomadas en bodega, la que podrá potenciar o mitigar, los efectos organolépticos de esta composición.
Nuestros viñedos, situados en Jumilla, cuentan con 500 hectáreas a una altitud entre los 450 hasta los 700 metros sobre el nivel del mar, con una variabilidad de suelos y climas, que nos permiten trabajar, no solo con nuestra Monastrell, si no con otras variedades como la Garnacha Tintorera, Viognier o Sauvignon Blanc entre otras.
Este variado abanico de fincas, con sus suelos, climas y variedades, nos proporcionará una gran diversidad de combinaciones, lo que dará como resultado la amplia gama de vinos elaborados por Bodegas Luzón.
Finca La Melera
A una altitud de 680 m., cuenta con una superficie de 71 ha. y un suelo arenoso con mucha caliza y muy poco compacto, haciendo que la tierra esté bien oxigenada, que los insectos no puedan subir a las cepas y se mantenga la sequedad y la aspereza de la viña.
Los suelos arenosos proporcionan vinos elegantes, aromáticos, de colores pálidos y baja acidez mientras que los calizos, dan vinos con cuerpo, redondos, aromáticos y elegantes. Estos suelos son perfectos para nuestra Monastrell y Garnacha, siendo un ejemplo perfecto Altos de Luzón, un vino expresivo e intenso que muestra con elegancia, las características propias del terruño de La Melera.
Finca El Pocico y Las Minas
Cuenta con una superficie de 98 ha. y una altitud de 700 m. Su suelo es arenoso, y está ubicado sobre un lecho de piedra caliza con mucha piedra en superficie.
En esta finca contamos con Monastrell, Syrah, Cabernet Sauvignon y Sauvignon blanc. Este suelo consigue una maduración más rápida de la uva y hace que los vinos de estas fincas resulten muy aromáticos y suaves, además de contar con una baja graduación alcohólica. El terruño de El Pocico y Las Minas puede apreciarse en nuestro Luzón Dulce, un vino profundamente aromático, que cuenta además con una gran complejidad de aromas.
Finca Luzón
Presenta una superficie de 60 ha. y una altitud de 650 m. Su suelo, Franco-Arenoso con abundante caliza, presenta una gran proporción de arena, pero cuenta también de limo y arcilla, lo que dota a los vinos producidos a partir de sus viñas, de mayor finura y expresividad, debido a una mayor coherencia entre las partículas del terruño.
En esta finca, pueden encontrarse Monastrell, Syrah, Garnacha Tintorera, Garnacha, Petit Verdot, Macabeo y Viognier. Mención especial merece nuestro Mina de Oro, suave y expresivo, que muestra a la perfección la tipicidad de este tipo de suelo.
Finca La Traviesa
Cuenta con una superficie de 21 ha. y una altitud de 510 m. Su suelo, en la Ladera de Santa Ana, presenta gran profusión de piedra caliza y muy poca profundidad.
En esta finca sólo se encuentra una única variedad, Monastrell, de la que, debido a que esta variedad de roca neutraliza la acidez del suelo, obtenemos vinos con cuerpo, redondos, aromáticos y elegantes como es nuestro Alma de Luzón.
Las Ramblas
Cuenta con una superficie de 21 ha. y una altitud de 510 m. Su suelo pobre en materia orgánica, arenoso y textura gruesa, presenta diferentes variedades como la Monastrell, Syrah, Petit Verdot y Macabeo.
En nuestro Luzón Colección Blanco y Monastrell 2022 se puede apreciar la altitud y el tipo de suelo, que los llena de carácter, frescura y un final persistente.
En resumidas cuentas, el terruño es el factor que otorga al vino la cualidad de ser diferente, al dotarlo de unas características específicas e identificables, factores que le otorgan al vino características propias.
‘Diferenciarse’, ahí está el quid de la cuestión.
El terroir diferencia y en nuestra bodega, se nota.
¿Y tú? ¿Sabías toda la magia que hay detrás del terroir? Si quieres probar de primera mano y descubrir los diferentes aromas y sensaciones en boca gracias al terruño no olvides visitar nuestra tienda on-line.