Todas y cada una de las decisiones que se toman a lo largo del año respecto al cuidado del viñedo son determinantes para obtener vinos de la mejor calidad, incluido el momento de realizar la poda o la forma en que realizarla, que varía en dependencia del terreno o si el viñedo está dispuesto sobre espaldera o en vaso, o de si las vides son viejas, con mayor fuerza para aguantar un mayor número de brazos o jóvenes.
El primer paso para obtener grandes vinos es contar con uvas sanas en su punto justo de madurez. En la poda primamos que la savia de la planta beneficie a la uva y no tanto a su vegetación. Para esto es necesario custodiar y analizar constantemente y con precisión cada una de las etapas que atraviesan las plantas y su producción hasta el momento de la cosecha.
El momento ideal
En bodegas Luzón y la D.O.P Jumilla casi en general, la poda se realiza cuando lo más duro del invierno ha pasado, en tal de poder evitar heladas que afecten a las vides y que el ciclo vegetativo de la planta es casi nulo y cada año, la propia meteorología nos avisa de que el ciclo vuelve a comenzar en armonía con la naturaleza.
La selección y recorte de los sarmientos y de las yemas que brotan del tronco –siempre con la tijera de podar- permitirá que posteriormente los racimos se beneficien de una mayor insolación y de una mejor ventilación. Así además de aumentar su rendimiento y la calidad de sus uvas también se potencia la resistencia a las plagas.
¿Cómo influye la poda en la calidad del viñedo?
En su estado natural, la vid es una liana trepadora cuyos sarmientos (ramas) pueden alcanzar hasta 30 metros de longitud. Por lo tanto, el objetivo de la poda consiste en reducir el número y la longitud de los sarmientos para que la planta produzca menos racimos y menor materia vegetal en pos de la calidad de dichos racimos, pero con bayas de colores más intensos y más concentración de compuestos organolépticos. Además, la poda alarga la vida de la vid y asegura tener una cosecha con volúmenes equilibrados.
En el caso de Jumilla, realizamos la poda de nuestros viñedos en vaso, que es la forma que adopta de manera natural la viña, sin espalderas o tutores que modifiquen su crecimiento, realizando una poda corta, dejando solamente un par de yemas, que sería cada uno de los nudos que aporta el sarmiento, con la intención de limitar tanto el crecimiento vegetativo, como el de la propia producción de la vid, buscando, como hemos dicho, la concentración de los racimos. Este sistema de poda ofrece una buena exposición de los racimos a la radiación solar y gracias a esto, permiten un alto rendimiento y una correcta maduración de las uvas.
Siempre sostenibles
En Bodegas Luzón, como una de las únicas 32 bodegas españolas con el sello de sostenibilidad de Wineries for Climate Protection, realizamos un aprovechamiento completo de cualquier residuo que generamos en la bodega, incluyendo los sarmientos que sobran de la poda, que se trituran y sirven de excelente abono para los propios viñedos, tal y como establece el protocolo de sostenibilidad del exigente sello de Wineries For Climate Protection.